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LOS CONSEJOS DE NUTRINANNY®
Como padres queremos lo mejor para nuestros hijos, tanto para su presente como para su futuro. La alimentación y la nutrición van a acompañarnos a todos a lo largo de la vida y durante la infancia adquirimos los hábitos que mantendremos en la edad adulta. Toma nota de estos tips de alimentación saludable para niños. Te ayudarán en tu día a día a evitar esos errores que podrías estar cometiendo con la alimentación de tus hijos.
Nunca debemos hacerlo. Obligar a un niño a comer hará que genere una emoción negativa frente a un alimento. O incluso frente al momento de comer.
En este sentido, no se debe obligar a un niño a probar un alimento o tampoco a comer un alimento, si se lo hemos ofrecido en diversas ocasiones y se ha negado.
Que a un niño no le guste un determinado alimento no es un problema. No pasa nada si no come coliflor, siempre que las verduras estén presentes en su dieta diaria. Si no le gusta ninguna verdura,
deberemos hacer un trabajo de reeducación del paladar, mediante estrategias para que vaya acostumbrándose al sabor y la textura.
Lo ideal para ello es acudir a un profesional de la alimentación que nos guíe en el proceso. Puedes encontrar trucos para que pruebe la verdura en este artículo.
Del mismo modo, no se le ha de obligar a terminarse el plato. El cuerpo es muy sabio y nosotros debemos escucharlo. La sensación de saciedad debe determinar la cantidad de alimentos que comamos en cada momento. Esto también nos debe servir para los adultos.
La improvisación no suele ser una buena amiga de la alimentación saludable.
Invertir un poco de tiempo en preparar un menú semanal para toda la familia hace que nos paremos a pensar en los alimentos que vamos a comer. Por eso, ayuda a favorecer que escojamos alimentos saludables.
Realizar comidas y cenas equilibradas puede resultar complicado, sobre todo, si no se organizan con antelación. Por ello, si no es un hábito que tienes incorporado en tu rutina, debes comenzar a practicarlo.
A medida que lo vayas trabajando cogerás más soltura y podrás aplicarlo con mayor facilidad.
De esta manera irás reduciendo la cantidad de tiempo que necesites para organizar la alimentación semanal.
Para planificarte las comidas y cenas de la semana puedes utilizar el Método NUTRIPLATO. Una forma muy sencilla y visual para aprender a equilibrar las comidas principales de los niños.
Descubre el método ideal para conseguir que tus hijos sigan una dieta sana y equilibrada.
Planificarte también te ayudará a hacer una lista de la compra más inteligente. Además, facilita la toma de conciencia sobre el tipo de alimentación que seguimos y sobre lo que necesitamos comprar. Llevar una lista de la compra contribuye a no despistarnos y evitar escoger alimentos que no deben formar parte de la comida infantil habitual. Lleva a tus hijos al mercado favoreciendo que los alimentos frescos como verduras, hortalizas y frutas formen parte de la rutina de la compra de alimentos.
En cada etapa de la vida las necesidades nutricionales varían. Un niño en crecimiento necesitará una suma de nutrientes adecuada a sus necesidades. Por ese motivo, adaptar las raciones a su edad, ayuda a equilibrar su dieta. Toma nota en esta guía visual con las medidas orientativas de distintos grupos de alimentos para preparar las comidas y cenas.
Es recomendable realizar entre 4 y 5 comidas al día. Por lo que es importante acordarse del desayuno, la media mañana y la merienda. Las frutas, los frutos secos, lácteos o cereales integrales son opciones de comida saludable para niños en estos momentos del día.
El agua siempre debe ser la bebida de elección habitual. En cualquier momento del día. El agua es el elemento más básico para nuestro organismo. Y si bien es cierto que otros líquidos y algunos alimentos también hidratan, ninguno es como el agua. En la hora de la merienda o la media mañana, sustituir el agua por un vaso de leche algunos días de la semana, también es una buena opción para los niños.
Repetir todas las semanas el mismo menú puede no ser lo ideal en una buena alimentación para niños. Se recomienda que cada grupo de alimentos se consuma con una frecuencia determinada. Las verduras y frutas cada día. Las legumbres entre 3 y 4 veces por semana, los pescados 4 veces... A su vez, dentro del grupo de los pescados, por ejemplo, se aconseja ir variando entre ellos. Al igual que con todos los grupos de alimentos restantes. Incluir distintos alimentos, dentro de cada grupo, garantiza un aporte de vitaminas y minerales variado, que ayudan a que el organismo funcione adecuadamente. Cada micronutriente participa en funciones distintas en el organismo, por ello es aconsejable incluir diferentes alimentos de cada grupo.
Una vez hayáis cogido práctica con el Método NUTRIPLATO, será más sencillo aumentar la variedad en los menús de la familia.
Seréis más ágiles a la hora de elegir menús más saludables. Si necesitas ideas, puedes inspirarte con estas recetas saludables y equilibradas.
Enséñales a tus hijos cómo planificar un menú saludable para todos, haciéndoles partícipes en la planificación semanal. Favorecerá que adquieran hábitos saludables.
El papel de la familia es fundamental, ya que los niños aprenden e imitan de sus referentes. Es importante realizar, como mínimo, una de las comidas diarias en familia. Hay que procurar que las comidas y cenas se desarrollen de forma tranquila, sin la televisión, tablets o móviles que distraigan de una conversación familiar. Esto puede ayudar a evitar conflictos. ¿Quién no se ha malhumorado porque les hablas y están abducidos por el televisor, mientras se llevan un trozo de tortilla a la boca de forma automática? Preguntarles cómo ha ido el día, organizar el día siguiente o preparar un plan para el fin de semana, puede ser una forma entretenida y calmada de comer o cenar. Todo ello también favorece la adquisición de hábitos saludables.
Otro punto importante es dar ejemplo. La mejor forma de que un niño adquiera hábitos saludables es que toda la familia siga ese estilo de vida. Decirle a un niño que debe merendar fruta sirve de poco si luego no encuentra fruta en el frutero. Y tampoco servirá de mucho si no ve como ejemplo que nosotros la cogemos y la comemos habitualmente.
Nuestra manera de comportarnos frente a un alimento o grupo de alimentos también cuenta. Es posible que caigamos en la trampa de no cocinar alimentos que a nosotros no nos gustan demasiado. Y con ello, no nos queremos referir a que debamos comerlos imperativamente para que a ellos les guste. Tenerlos en casa, cocinarlos y, por qué no, volvernos a dar la oportunidad de probarlos también hará que ellos se animen a hacerlo. Así, pueden crear su propia opinión, experimentando la sensación por sí mismos.
Repetir de manera continuada que un alimento no nos gusta, también es un error. Por ejemplo, no nos gustan los guisantes y cada vez que los tenemos delante nos escucha decir lo malos que están o que jamás nos han gustado. Lo más posible es que no los quiera probar. Si finalmente los prueba, seguramente lo hará a disgusto, predispuesto a encontrarse con un sabor que no sea de su agrado.
Esperamos que hayas tomado nota de estos tips y consigas aplicar los cambios que te hayas propuesto para mejorar la alimentación de toda la familia. ¡Y recuerda usar en vuestro día a día el método NUTRIPLATO, para que empiecen a aprender cómo llevar una buena alimentación desde pequeños!