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LOS CONSEJOS DE NUTRINANNY®
Si vuestro hijo/a está sano, pero os preocupa que el niño no coma determinados alimentos o que no se acabe lo que le ponéis en el plato, pensad que los niños saben cuándo están saciados, hay que adecuar las raciones a su edad, no come lo mismo un adulto o un adolescente, que un niño de 8 años, por ejemplo. Lo más importante es que vuestro hijo coma variado, disfrutando de la comida, en un ambiente relajado, y eso lo aprenden por imitación.
Todos tenemos algún plato que no nos gusta, y es razonable tenerlo en cuenta, pero una cosa es que tu hijo no coma dos o tres cosas, y otra es que se limite a dos o tres tipos de alimentos. Si los adultos comemos lo mismo que los niños, incluso lo que no nos gusta, es más fácil que aprendan copiando nuestra conducta.
La hora de la comida, como ritual familiar, también comporta una conducta en la que hay que educar con paciencia y manteniendo siempre la misma estrategia, si vamos probando cosas diferentes continuamente para conseguir que nuestro hijo coma, percibirá nuestra desesperación y nuestro nerviosismo, y eso precisamente es lo que tenemos que evitar.
Muchos niños comen en el colegio, en el comedor escolar, la hora de la comida es para todos igual con un tiempo determinado para acabar el plato; en casa, la pauta tiene que ser la misma. La misma comida para todos, adaptando las raciones, en un ambiente distendido y amable.
Pero si os sentís desafiados por la actitud de vuestro hijo en la mesa, mantened la calma y el tono de voz neutro, no le cambiéis la comida por otra, ni le obliguéis a acabar la ración, dadle un margen de tiempo adecuado y cuando consideréis que debe finalizar, retirad el plato. No dediquéis interés a sus intentos de llamar la atención sobre la comida, solo conseguiréis que incremente esa actitud. Prestad atención a su actividad diaria escolar, deportiva, planificad el fin de semana o alguna actividad lúdica.
Comer es un acto fisiológico, si vuestro hijo se levanta de la mesa sin acabar el plato, no darle nada de comer hasta la siguiente comida, en la que le ofreceremos lo habitual a esa hora. Seguramente, repitiendo esta estrategia, comprenderá que, si no come lo que necesita en cada momento, no habrá otra compensación.
Para que la estrategia funcione, es necesario que mantengáis en el tiempo una rutina horaria, que vuestro hijo no picotee ni coma alimentos poco apropiados (bollería, chuches, refrescos…) entre comidas.
Ya veréis como poco a poco, la comida en familia será el momento esperado del día.